Proyecto educativo institucional
Para el Complejo Educacional Luis Durand el currículum no es un concepto, sino una construcción cultural, una manera de organizar una serie de prácticas educativas. Es la organización integral de los elementos que participan en el proceso educativo, las competencias, los contenidos, las estrategias metodológicas, los materiales didácticos, las experiencias y la evaluación. El currículum comprende: la previsión, el desarrollo y la regulación del proceso educativo en un determinado contexto social. Visto de esta manera, el currículo rompe las paredes del aula y del Liceo y abarca toda la vida del alumno/a: Liceo, hogar, comunidad; es diferente para cada estudiante según las diferencias individuales y las vivencias personales. Considerando esta definición de currículo, nuestro proyecto educativo está fundamentado en las características, necesidades, intereses de nuestros estudiantes, como también en su contexto cultural. Tiene como meta formar un alumno/a Técnico Profesional a partir de su inteligencia intra e interpersonal, para hacer de él o ella, un ciudadano/a responsable de sus deberes cívicos, respetuoso/a de la diversidad cultural, calificado/a para asumir la vida laboral o bien continuar estudios superiores de acuerdo con sus intereses y aptitudes. Para cumplir este objetivo, el proyecto educativo del Liceo está asentado en dos pilares fundamentales, que cumplen el rol de sellos identitarios: Práctica de la Sana Convivencia con respeto por la diversidad cultural y los Derechos Humanos y Educación Técnico Profesional adaptada a los cambios sociales. El núcleo pedagógico, es decir, la relación existente entre el Estudiante, el Profesor y los contenidos, se basa en un actuar activo participativo, con un modelo constructivista de realización personal: “los contenidos culturales son sólo un medio para lograr que el estudiante alcance un desarrollo integral (intelectivo, afectivo y volitivo) y encuentre los valores por los cuales regirá su proyecto personal de vida” (Ostoic, 1992). Se pretende lograr autonomía en el estudiante, en la medida en que logre los objetivos de aprendizaje, ascienda en los niveles educativos y construya su proyecto de vida. El aprendizaje se asume como un proceso no de recepción sino de construcción a partir de las creencias, convicciones y explicaciones previas que el joven ya ha formado sobre lo que ve y siente sobre sí mismo y sobre el mundo natural y social. Los contenidos quedan subordinados al logro de intencionalidades básicas, como: desarrollar su sentido de pertenencia e identidad para formar una conciencia social y actitud de compromiso en el cambio, desarrollar su pensamiento lógico transitando desde el pensamiento concreto al pensamiento lógico formal para acceder al conocimiento científico, desarrollar su sensibilidad, su capacidad de expresar y comunicar afectos y pensamientos, desarrollar su capacidad de organización, para resolver problemas individual y colectivamente. La Evaluación expresa la percepción de materias, conocimientos y experiencias personales, centrada en lo formativo, en la autoevaluación, constata los niveles de integración que ha logrado el alumno/a y la frecuencia depende del criterio del docente o del equipo del Docente. En las actividades el profesor/a es un facilitador del aprendizaje no-directivo, es un mediador o mediadora entre las necesidades de crecimiento personal y propósitos educativos; se basan en el diálogo y se expresan en la interacción grupal, en donde el alumno/a es un agente activo/a de su aprendizaje. Sus iniciativas son incorporadas al proceso.